El club que tuvo sus pelotas

Alejandra es de Salta, más precisamente de la localidad de Cerrillos, ubicada a 16 km de la capital. Ella instaló su heladería social hace unos 3 años con la finalidad de tener su emprendimiento personal en su casa, en un barrio que se estaba formando. Tal es que el barrio está en formación que aun no tienen luminaria en las calles y la recolección de residuos domiciliaria comenzó hace unos meses.

Pero lo que no supo, es que ese emprendimiento le daría muchas satisfacciones, tantas, que ya los vecinos y niños la buscan como referente para muchas de sus actividades, y la llaman “la señora de los helados”.

Y tal es así que, por medio de su hijo, conoció el el club de fútbol de la zona, Atlético Paraíso. Este club que se está formando gracias al empuje de los chicos y sus entrenadores, que pese a no tener luz, salieron adelante y formaron un equipo para competir.

Esos entrenamientos, muchas veces sirven como apoyo emocional y de contención frente a las diversas situaciones que afrontan los pequeños. Ese club que se convierte en el lugar donde transcurren la mayor parte del día junto a sus pares con quienes se sienten contenidos.

Y ante las muchas necesidades que presentan, la más notable es la falta de pelotas. Y Alejandra detectó esa necesidad, buscó a su madrina, y cuando los entrenadores se acercaron a la heladería en busca de sponsors para juntar fondos para adquirir pelotas y poder continuar con los entrenamientos, ella hizo una campaña y compró esas pelotas. Y no solamente lo hizo una vez, sino que apostó nuevamente a esta acción ya que las originales se perdieron o rompieron, y repitió nuevamente la compra para reponerlas.

Y con pequeñas acciones, Alejandra supo que la felicidad de un puñado de niños dependía de atreverse a ver más allá de los límites de su heladería.