A 25 años de la muerte de Lady Di, dos argentinos destacaron su humanidad

Luis Eduardo Meglioli

Fue el 23 de noviembre de 1995, poco después de su separación del príncipe Carlos del Reino Unido y a menos de dos años de que se produjera su trágica muerte, cuando Diana de Gales visitaba Buenos Aires invitada por el embajador británico en Argentina.

Trescientos sesenta periodistas fueron acreditados para cubrir la visita de cuatros días, con un programa que incluía la asistencia a centros de atención de menores, tal como lo recuerdan a Cadena 3 y Viva la Radio, Jorge Faurie, entonces director de Ceremonial del ministerio de Relaciones Exteriores y luego canciller con el gobierno de Mauricio Macri, y Eduardo Amadeo, que en el momento de la visita de Diana se desempeñaba como secretario de Desarrollo Social del presidente Carlos Menem.

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La princesa visitó ALPI, asociación civil sin fines de lucro dedicada a la rehabilitación de personas con discapacidad motriz debido a enfermedades, donde conversó con chicos que estaban siendo vacunados contra la poliomielitis. También visitó el Hospital de Niños y el Servicio Nacional de Rehabilitación y se sentó con niños de entre 3 y 16 años que hacían manualidades.

Para Faurie, Diana “aparecía humana y accesible en todo momento (…) y llamaba a sus hijos a Londres cuatro o cinco veces cada día para saber de ellos”. Quiso ver bailar tango y siguió con interés el espectáculo de nuestra música ciudadana a cargo de Osvaldo Zotto, Natalia Hills, Inés y Carlos Borquez, del grupo “Solo Tango”. También visitó una pequeña ciudad galesa, Gaiman, localidad cabecera del departamento homónimo en Chubut, que hoy se conoce como “el pueblo que visitó Lady Di”.

A su vez, antes de abandonar Buenos Aires, Diana “alabó la calidez de los argentinos y la comida”. Poco antes de la llegada a Buenos Aires, la princesa había declarado a la BBC de Londres que su matrimonio “fue cosa de tres”, aludiendo a las infidelidades de su esposo, Carlos, con Camila Parker Bowles, hoy marido y mujer.

Nacida en Sandringham, Inglaterra, el 1 de julio de 1961, Lady Di pertenecía a una aristocrática familia, de las más importantes del Reino Unido, cuyo padre era el conde Spencer. Su matrimonio nunca fue tranquilo, ni aún tras el nacimiento de sus dos hijos, Guillermo y Enrique.

El divorcio formal llegó el 28 de agosto de 1996, y a partir de ese momento Lady Di perdió el tratamiento de “Alteza real” pero conservó el de princesa de Gales por ser madre del futuro heredero al trono (Guillermo). Su nueva vida no duraría mucho tiempo ya que el 31 de agosto de 1997, hacen hoy 25 años, Diana moría en un accidente automovilístico en el interior del mítico Puente del Alma, pleno centro de París.

Iba con su nueva pareja, Dodi Al-Fayed heredero del multimillonario propietario de los almacenes británicos Harrods, el Fulham Football Club y el Hotel Ritz, y su chofer Henri Paul. Fallecieron los tres, y a pesar de denuncias contra la Familia Real británica y el Servicio Secreto británico por parte de la familia de Al-Fayed, por posible atentado contra la pareja en aquel accidente, nunca pudo comprobarse nada, y en 1999 un juez francés determinó que la causa del accidente fue provocada por el chofer, quien había consumido alcohol y antidepresivos y perdió el control del vehículo cuando aceleraba para separarse de la nube de fotógrafos que seguían a Diana buscando imágenes con su nueva pareja.

La reina Isabel II no quería asistir a los funerales ya que consideraba que Diana “ya no era esposa de su hijo”. Fue el propio primer ministro inglés de entonces, Tony Blair, quien tuvo que convencerla para que asistiera, más aún cuando desde aquel momento Diana se había convertido en “la princesa del pueblo” con una muchedumbre que sembró de flores el camino del cortejo hasta el cementerio.

Poco tiempo antes de su muerte, Diana había confesado a la BBC de Londres en una entrevista: “En mi matrimonio éramos tres”, lo que provocó un gran escándalo en la corona británica ya que se “oficializaba” el dilatado romance de Carlos con Camilla Parker Bowles, su actual esposa desde el 9 de abril de 2005.

Fuente: “Vida de Reyes”, Luis E. Meglioli, Emporio Ediciones, Córdoba.