El crudo relato de Pamela Cano, tras superar el ataque con ácido de su ex pareja
La mujer de 38 años dejó el hospital tras más de un mes y medio de lucha. Con quemaduras de tercer grado y una vida marcada por la violencia.
11/04/2025 | 16:48Redacción Cadena 3
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Audio. Desgarrador relato tras el horror: "le dije a mi hija cuando lo tire, vos corre"
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Pamela, de 38 años, fue dada de alta en las últimas horas tras permanecer internada más de un mes y medio peleando por su vida.
Esta madre de tres hijos sufrió quemaduras de tercer grado luego de que su expareja, ahora detenido en la cárcel de Bower, le arrojara ácido en un ataque de extrema violencia.
El agresor no solo le provocó graves heridas, sino que también incendió su casa, mató a sus mascotas y la dejó sin nada.
Hoy, Pamela vive en la casa de su madre junto a sus hijos, en condiciones de extrema precariedad, pero con la fuerza de quien logró sobrevivir a una pesadilla.
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La víctima, de 38 años, tiene graves quemaduras. Se encuentra internada, mientras que el agresor permanece prófugo. Se investiga el caso.
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En diálogo con Cadena 3 revivió los momentos de terror que precedieron al ataque : “No pensé que me iba a tirar ácido, quizás una puñalada o un tiro, pero nunca esto”, confesó.
La noche anterior al hecho, su expareja quemó la casa que alquilaba en Alta Gracia, dejándola sin hogar. Ese sábado, Pamela logró escapar con sus hijos tras soportar golpes, amenazas con un cuchillo y un ambiente de cautiverio. “Me tenía encerrada, no me dejaba salir. Me pegó una piña en el pecho, tiró un sillón cerca de mi hija, nos quitó los celulares”, relató.
En un acto desesperado, corrió al agresor con una silla, permitió que sus hijos de 11 y 13 años huyeran, pero fue atrapada nuevamente. “Me agarró de los pelos, me dio la cabeza contra la pared. Le dije a mi hija: ‘Cuando lo tire, vos corre’”, recordó.
El ataque con ácido ocurrió la noche siguiente, el domingo, cuando el hombre la citó para “pedir disculpas”.
Pamela, aún temerosa, accedió a hablar con él en un lugar oscuro cerca de la Ruta 36. “Le pedí el teléfono para llamar a mi mamá, y ahí vi la botella de ácido atrás de él.
Cuando agaché la cabeza, me agarró y me lo tiró encima”, contó. Instintivamente, cubrió su rostro, pero el líquido le quemó el pecho y otras partes del cuerpo. “Hice para atrás, pero él seguía tirando”, agregó.
Pamela pasó por 22 operaciones en los hospitales Príncipe de Asturias y el Instituto del Quemado, soportando dolores intensos que requieren morfina. Pese a todo, su espíritu no se quebró. “Rogué y recé para sobrevivir por mis hijos”, afirmó.
Sin embargo, su situación actual es crítica: vive en la casa de su madre, donde siete personas duermen en una sola cama. Sobreviven con una ayuda social de 60.000 pesos y los 300.000 que recibe su madre por sus siete hijos.
Antes del ataque, Pamela trabajaba cuidando ancianos por 1.000 pesos la hora, pero ahora no tiene ingresos ni pertenencias.
El agresor, con quien convivió 15 años en un contexto de violencia de género constante, está preso.
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Pamela no lo había denunciado antes por temor y porque él padece una enfermedad terminal. Aunque tuvo un botón antipánico en 2019 y acumuló cuatro denuncias previas, la relación tóxica la atrapó en un ciclo de miedo y dependencia.
“No quería que trabajara, no quería que fuera independiente”, explicó.
Con dos operaciones aún pendientes, Pamela enfrenta un largo camino de recuperación física y emocional. Su historia es un grito de resistencia y un recordatorio de la urgencia de combatir la violencia de género.
“Gracias a Dios estoy viva. Voy a salir adelante por mis hijos”, aseguró, demostrando una fortaleza que conmueve. La comunidad, mientras tanto, comienza a organizarse para ayudarla a reconstruir su vida desde cero.
Informe de Gonzalo Carrasquera