El empleado del Sanatorio Aconcagua le pidió perdón a la madre de Blas Correas
Fernando Casalino acordó en un juicio abreviado una sentencia de dos años y seis meses. El adolescente de 17 años fue asesinado por policías en agosto de 2020.
18/10/2023 | 07:02Redacción Cadena 3
La Justicia de Córdoba condena este martes al empleado de la clínica que se negó a atender a Blas Correas, asesinado por policías en agosto de 2020, y recibirá una pena de dos años y seis meses.
Se trata de Fernando Casalino, empleado de la Clínica Aconcagua, que aquella madrugada se negó a que el menor de 17 años ingresara para ser atendido por el tiro que recibió en la espalda.
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En un juicio abreviado en la Cámara 8ª del Crimen de Córdoba, el hombre aceptó los cargos en su contra y le pidió perdón a la familia de Blas.
Soledad Laciar, madre de Blas Correas, contó a Cadena 3: “Él dijo que se equivocó y por qué no creerle, Blas no está y eso no va a cambiar”.
“Tenemos que pensar en ser un poco más humanos, estoy convencida que la responsabilidad es de la Clínica; no argumentó tener orden de no hacerlo ingresar pero dentro de la clínica se tienen que haber escuchado los gritos”, indicó.
Y amplió: “Fernando fue el único que se acercó a hablar conmigo, de la clínica no se acercó nadie; si él no lo hizo entrar es porque había una bajada de línea de la clínica”.
Incluso, Fernando abrazó a Soledad y le pidió perdón. Ella en tanto, planteó que no lo echen de su trabajo.
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El crimen fue el 6 de agosto de 2020 cuando el Gobierno autorizó las primeras salidas durante la cuarentena por la pandemia.
El 31 de marzo de este año, la Justicia condenó a prisión perpetua a los cabos Lucas Damián Gómez, de 37 años, y Javier Catriel Alarcón de 33, por "homicidio calificado" por ser integrantes de la Policía, y "agravado por el uso de arma de fuego", y por "tentativa de homicidio", ya que Blas iba en un auto con otros cuatro amigos, quienes sobrevivieron a la balacera.
Fueron condenados otros policías, de acuerdo a su grado de responsabilidad en los hechos, ya que se habían puesto de acuerdo para "plantar" un arma en el auto de los jóvenes y de esa manera justificar los disparos contra ese vehículo.
En consecuencia, la agente Wanda Esquivel recibió tres años y diez meses de prisión, mientras que su compañera Florencia Martínez fue condenada a cuatro años y tres meses.
También fueron condenados el subcomisario Sergio González (cuatro años y diez meses), el comisario inspector Walter Soria (cuatro años y nueve meses), el comisario inspector Jorge Galleguillo (cuatro años y ochos meses), el oficial ayudante Ezequiel Vélez (dos años y medio), el cabo Leonardo Quevedo (cuatro años) y el comisario inspector Juan Gatica (cuatro años). En tanto, quedaron absueltos los agentes Rodrigo Toloza y Leonardo Martínez.
Informe de Francisco Centeno y Gonzalo Carrasquera.