Amante y crítica de la Justicia, a la que sirvió por 62 años

María Esther Cafure de Battistellianaliza el Poder Judicial desde el conocimiento, la experiencia y la libertad que le facilita el retiro de lamagistratura hace ya cinco años.

Egresó con Medalla de Oro de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Un ámbito en el que luego desarrolló una intensa actividad académica. Fue docente, vicedecana y decana.

Ingresó al Poder Judicial de la Provincia de Córdoba en 1952. Hizo la carrera completa. Pasó por diversas funciones en la judicatura hasta asumir en 1995 como Vocal del Tribunal Superior de Justicia. Presidió ese organismo durante tres períodos.

Se manifiesta preocupada por la mala imagen que los jueces tienen en la sociedad. “Es una lástima que esto suceda –dice--. Realmente perder la credibilidad en la Justicia es quedar desamparado, porque es el último recurso al cual acudir”.

Cree que todos pagan por los errores y la ineficacia de unos pocos. En particular aquellos que demoran o dejan prescribir las causas por corrupción.

Actual directora académica de la Oficina de Mujer del Poder Judicial de Córdoba, la ex jueza considera que la violencia contra la mujer “está inscripta en el ADN del poder machista”.  Y opina que derribar esa barrera cultural llevará tiempo, porque no es fácil pensar que “lo que  hasta ayer estaba naturalizado hoy está prohibido”.

Fue la primera jueza en acceder al máximo organismo judicial de Córdoba y es, desde siempre, una abanderada de la causa por la igualdad de género. “En la Justicia de Córdoba ya estamos 50 y 50, sino más”, dice con orgullo.

Es integrante de la Internacional Association of WomenJudges, consejera de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina y miembro del Comité Acceso a Justicia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Evita sumarse a la polémica sobre la cuestionada exención del Impuesto a las Ganancias a jueces y empleados del Poder Judicial. Opina que con la nueva ley –que obliga a pagar el tributo a los ingresantes--, ese es un debate cerrado.

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