La dictadura de Myanmar frena la guerra civil para favorecer los rescates
El conflicto, iniciado tras el golpe militar de 2021, enfrenta al gobierno de la junta con grupos de resistencia como el NUG y etnias armadas, lo que deja millones de desplazados
02/04/2025 | 12:42Redacción Cadena 3
El gobierno militar de Myanmar anunció este miércoles un alto al fuego temporal en la guerra civil que azota al país desde 2021, con el objetivo de facilitar los esfuerzos de ayuda tras un terremoto de magnitud 7,7 que ha dejado un saldo devastador.
Según la televisión estatal MRTV, la tregua, efectiva desde el 2 hasta el 22 de abril, busca mostrar "compasión" hacia las víctimas del sismo que el viernes pasado sacudió el centro del país, dejando hasta el momento 2.886 muertos y 4.639 heridos.
El anuncio, emitido en la noche del miércoles por el alto mando militar liderado por el general Min Aung Hlaing, sigue a los altos al fuego unilaterales declarados por grupos armados de resistencia, como el Gobierno de Unidad Nacional (NUG) y la Alianza de la Hermandad de los Tres, que habían pausado sus operaciones ofensivas para priorizar la ayuda humanitaria.
Sin embargo, el comunicado militar advirtió que estos grupos deben abstenerse de atacar al Estado o reorganizarse durante la tregua, bajo amenaza de que el Ejército tomará "las medidas necesarias" en caso contrario.
Un rescate milagroso
Horas antes del anuncio, un rayo de esperanza iluminó la capital, Naypyidaw, cuando Naing Lin Tun, un joven de 26 años, fue rescatado con vida tras cinco días atrapado bajo los escombros.
Equipos locales, apoyados por rescatistas turcos, localizaron al sobreviviente utilizando una cámara endoscópica, en una operación que se extendió por más de nueve horas, según MRTV. "Escuchamos su voz débil y supimos que teníamos que actuar rápido", relató un miembro del equipo de rescate.
Sin embargo, las esperanzas de hallar más sobrevivientes se desvanecen, obstaculizadas por la guerra civil y los daños masivos en carreteras, puentes y aeropuertos, que han complicado el acceso a las zonas afectadas.
Una catástrofe agravada por el conflicto
El terremoto, uno de los más fuertes en la historia reciente de Myanmar, ha golpeado a una nación ya devastada por cuatro años de conflicto tras el golpe militar de 2021. Ciudades como Mandalay y Naypyidaw han reportado edificios colapsados, pagodas destruidas y una infraestructura crítica severamente dañada. En Tailandia, donde los temblores también se sintieron, las autoridades confirmaron al menos 22 fallecidos, incluyendo víctimas de un edificio en construcción que se derrumbó en Bangkok.
La decisión del gobierno militar de declarar el alto al fuego llega tras días de presión internacional y de organizaciones humanitarias, como la ONU y Amnistía Internacional, que han instado a detener los combates para permitir la llegada de ayuda.
China, Rusia e India han enviado equipos de rescate y suministros, mientras Australia comprometió 2 millones de dólares a través de la Cruz Roja. Sin embargo, persisten las críticas hacia la junta por presuntamente bloquear o desviar ayuda en zonas controladas por la resistencia, como Sagaing, epicentro del seísmo.
Un futuro incierto
Con más de 3.5 millones de desplazados por la guerra y un sistema de salud colapsado, el terremoto ha exacerbado una crisis humanitaria ya crítica. El USGS estima que el número de muertos podría superar los 10.000, con pérdidas económicas que excederían el PIB anual de Myanmar. Mientras los equipos de rescate luchan contra el tiempo y las réplicas, la tregua militar ofrece un respiro temporal, pero la desconfianza entre las partes en conflicto y la magnitud de la devastación plantean serias dudas sobre la recuperación a largo plazo de esta nación del sudeste asiático.